Es raro, lo admito, pero parece ayer no más, cuando todo estaba perfecto. Cuando estaba haciendo las observaciones en el jardín, y empezando a desenvolverme mejor SOLA. Sin nadie que esté constantemente atrás mío. Y tal vez eso hubiese seguido así, si no hubiese pasado lo que paso; pero pasó. Ya está, ya fue, como se dice ahora cuando querés olvidar algo que te duele, y mucho. Por más que me cueste tengo que salir adelante. Y aunque no me lo hubiese imaginado, soy fuerte, y mucho mas de lo que pensaba. Ya hace 20 días que estoy acá, sola, sin nadie de mi familia. Sí, los veo todos los días, pero solamente una hora, y a mi mama y a mi papá; pero nada es lo mismo que estar en mi casa, con mi familia, con mis amigos, con mis mascotas, con MIS cosas.
A veces me bajoneo, lo admito, trato mal a todo el mundo, pero después digo, la puta madre, así nunca me voy a curar; y saco mi mejor sonrisa y le pongo el pecho al maldito dolor. Y muchas veces pienso, ¿por que a mí? Y automáticamente me digo a mi misma, ¿por qué no a mi? Si soy una persona como cualquier otra, de carne y hueso. Humana, y por lo tanto, con errores, con defectos y virtudes.
Esto me paso, por que tenia que pasar. Diós es el único que sabe el motivo. Y como así dejo que me ocurriera esto, también me ayudo con su bondad y su tranquilidad a salir adelante. A estar más unida a él. A saber que existe de verdad y que siempre que lo necesite va a estar. Para mí y para cualquiera, a pesar de cualquier religión y a pesar de que no crean en él. En estos 20 días descubrí la magnitud de su poder; y que si uno quiere, logra todo lo que se propone.
No hay comentarios:
Publicar un comentario