miércoles, 21 de octubre de 2009


Cuando se aferra un querer al corazón, y la conciencia no tiene la razón, no valen los consejos. Cuando se prueba del fruto del querer, cuando se aprende a sentir más de una vez, no queda más remedio, que darle cielo y alas al amor; hacer de lo difícil lo más bello. La conciencia me dice, que lo debo o l v i d a r ; y el corazón me grita que no puedo, que tengo reservado su lugar. La conciencia no sabe, que no se puede hacer más, cuando te vuelven preso de unos besos, de un te quiero, del deseo, del corazón.

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