sábado, 31 de octubre de 2009

.
.
Estaba en un bar con una amiga cuando de repente te vi entrar. Te miré, y vos justo levantaste la vista y te diste cuenta que te estaba mirando; yo de seguro baje mis ojos, pues no podía permitir que te dieras cuenta de que te estaba mirando. La cosa quedo así, aunque no podía olvidarme de esos ojos y empecé a buscarte por todos lados nuevamente. Al fin te encontré; estabas con tus amigos en un rincón, donde la luz mucho no iluminaba. Me quede mirándote de nuevo, y en un instante, por esas casualidades de la vida tu también empezaste a observarme… Ya en ese momento no lo pude controlar. Sostuve la mirada y creo que fue ahí donde todo comenzó. Te acercaste hacia donde yo estaba. Había dejado de mirarte pero conservaba tu mirada en mi mente. Cada segundo que pasaba, te sentía más adentro mío. La confusión se apodero de mi cuando volví abrir los ojos. No lo podía creer; te tenia delante de míera un sueño… Sí, sí, era MI sueño. Me diste la mano y me dijiste suave al oído, si te concedía esa pieza. Por supuesto que acepte, pero luego de varios minutos, es que no quería parecer fácil de conquistar; y menos contigo. Bailamos toda la noche prácticamente. Nos olvidamos de todo, yo de mi amiga, tú de tus amigos: solo importábamos nosotros dos. Ya cuando estábamos por despedirnos, me robaste el primer beso. Me sentía tan feliz, es que acababa de sufrir mucho por otra persona. Pero ahora todo era distinto, vos eras un segundo de tregua, con vos sentía que todo estaba a mi favor. Prometimos volver a vernos, y fue así, cada fin de semana nos volvíamos a encontrar en ese mismo bar. Con el tiempo ese sentimiento comenzó a crecer, te pude decir “te amo”, y tú también me lo dijiste. Comenzamos a tener las primeras peleas, y en consecuencia las reconciliaciones; pero todo bajo el nombre de “ALGO”. Porque sabíamos que podía llegar a no funcionar. Pero ya pasaron muchos días y meses desde esa mirada. Hoy me doy cuenta, que ya no quiero seguir siendo ese “algo”, en tu vida. Quiero que seas MI amor, que seas de mi pertenecía, y de nadie más. Y si algo falla, ya no importará porque ambos nos jugamos a ser ese, “ALGO MÁS”.
.

[Texto de mi autoría]

No hay comentarios:

Publicar un comentario